lunes, 5 de noviembre de 2007
Vida inerte
... Cuando cada noche resulta demasiado larga, cuando la oscuridad no trae de su mano el sueño, es fácil verse sumergido en el dilema universal sobre si esta vida es una inversion coherente para todos. Sé que para muchos lo es, sin ningún lugar a dudas, pero se esconden a mí, cada vez con más ahínco, las cosas bellas de la vida, o al menos mi capacidad para apreciarlas. Después, al despuntar el alba, no soy capaz de distinguir emoción positiva alguna para mí. Ningún interés encuentro en dejar la cama, sabiendo que su único sustituto natural, en absoluto negociable, en mi caso es la silla de ruedas, la que dejaré luego al anochecer para volver a estar tumbado. Sé que mi existencia continuará inmersa en esta constante espiral, de ninguna manera eterna, aunque sí carente de mejoría alguna posible. Y hasta que algo o alguien me arrebate de este escenario interpretaré mi papel de escultura viva, pero inerte, receptora de miradas y comentarios misericordiosos compadeciéndose de este pobre infeliz; como si hubieran llegado a creer que la vista y el oído también se olvidaron de mí. Ojalá en alguna ocasión se detengan a valorar cuánto puede llegar a destrozar mis restos cada una de esas frases repletas de clemencia y lástima que disparan pensando que yo agredeceré.
martes, 30 de octubre de 2007
LEJOS DE CASA
Esta mañana he podido ver de pasada una situación que me ha dado que pensar. Un muchacho africano que no creo que alcanzara los treinta años. Estaba rebuscando entre la basura algo para comer con casi medio cuerpo dentro del contenedor. Su ropa era andrajosa y todo indicaba que últimamente no estaba nadando en la abundancia. Eso me invitó a preguntarme qué le habría llevado hasta aquí y si estaría peor antes de venir a una cultura diferente tan maravillosa. Pensé en las cantidades económicas que les exigen las mafias por entrar en un nuevo país en el que la vida es perfecta, y en el impacto recibido al comprobar la realidad. No es sólo un problema derivado de la credulidad, yo lo veo también como otra contraindicación de la miseria. Cuando te encuentras hundido en la necesidad extrema es muy sencillo creer en todas las promesas que puedan llegar a cruzarse, por lo que no faltan desaprensivos que lo saben y encuentran ahí un filón personal en el que cimentar su negocio. Algo así como alguna de esas que anda a la caza de un millonario al que engatusan, le hacen creerse atractivo y encantador, teniendo muy claro que llegado el momento oportuno, sin ningún tipo de pudor ni escrúpulos se desenmascararán; duela a quien duela, llore quien llore. La vida no es tan cruel, crueles son la ilusión y el optimismo.
lunes, 22 de octubre de 2007
GANADORES
Perdedor o ganador son estereotipos implantados en nuestro universo humano actual, en los que se encasilla de manera predeterminada, siguiendo unos parámetros fijos, a todo el mundo en modo excluyente. Pero sin recordar que en realidad esos dos bandos son meros papeles en los que uno se puede encontrar en diferentes situaciones. Analizando a la totalidad de personas entre las que me he ido moviendo a lo largo de mi vida, creo no haber encontrado a nadie de quien decir que nunca haya besado la lona (Recurriendo a términos pugilísticos). Para mí, la gran diferencia entre unas personas y otras en los que a éxitos se refiere, se basa en la manera de saber afrontar una derrota, que, insisto, todos tenemos que saborear de una u otra manera a su debido tiempo. Es complicado encajar con caballerosidad y entereza un revés del destino, sea merecido o no, y, si fuera necesario, felicitar a aquel que nos superó. También es difícil el no acostumbrarse nunca a ganar, no caer en el hábito de la victoria y comprender cuando uno cambia su papel por el de perdedor que es porque ha dejado de ser acreedor del triunfo o simplemente porque el caprichoso destino se lo niega de la misma forma que tal vez antes se lo había regalado. Muy pocos pueden afirmar que cuentan con la infravalorada cualidad de saber decir adiós a los buenos tiempos; esos son los verdaderos ganadores
lunes, 15 de octubre de 2007
DULCE Y TRISTE DEMENCIA
Ni siquiera se puede declarar como una verdad absoluta e indiscutible algo tan claro como que "El dolor duele", porque quizás para todos no sea siempre así. Por ejemplo, algo tipificado a día de hoy como una enfermedad mental o una actuación irregular es el masoquismo. El masoquismo, esa horrorosa demencia capaz de hacer del dolor placer sin reparar en las consecuencias que este traiga; cosa de desequilibrados a los ojos de la sociedad. Pero en nuestro entorno es muy fácil encontrar situaciones con más similitud de la aparente si sabemos analizar de la manera conveniente. Es esa inexplicable reacción que algunas personas tienen ante maltratos y desprecios desmerecidos que a veces reciben. Muchos hemos experimentado el sentirnos enamorados de quien más daño nos haya llegado a causar. Peor aún la esposa que con frecuencia tiene que soportar humillación y golpes de aquel miserable que a menudo regresa a casa borracho y al que por cariño nunca va a denunciar. Incluso muchas madres (sin excluir la mía propia) que no reciben ni una pequeña parte del amor que desbordan, pero no pueden ni desean dejar de de estar dispuestas a sacrificarlo todo por sus hijos.
Pensándolo detenidamente quizás el tragar dolor sin queja alguna no sea un comportamiento tan minimizado y reducido, o puede que estemos necesitando muchos más manicomios de los que habíamos calculado.
Pensándolo detenidamente quizás el tragar dolor sin queja alguna no sea un comportamiento tan minimizado y reducido, o puede que estemos necesitando muchos más manicomios de los que habíamos calculado.
domingo, 2 de septiembre de 2007
Una carta (Todos están equivocados)
Ahora las noches son eternas, mis ojos se niegan a cerrarse, pienso tanto en ti... de todas maneras, si al final consigo dormir es únicamente para soñar contigo, contigo y conmigo. ¿Para qué nadie más? El mundo entero me sobra. Ya sé que nadie nos va a entender, pero tampoco me importa. Sólo me importas tú, sé que todos los demás estarían equivocados.
Dice la gente que el verano se ha terminado, que el otoño ya está aquí, que hace frío, que ha llegado el momento de echar mano del paraguas y del abrigo. Pobrecillos, no comprenden que lo que pasa es que todo el calor contenido en el universo se ha concentrado en mi maltrecho corazoncito por culpa tuya. Y aquí lo guardo con la dulce esperanza de que así lo aceptes como justo merecedor de una de tus mágicas sonrisas.
Todos piensan que el cielo de Madrid es un tacaño que esconde sus estrellas, que se las come o simplemente que no las saca cada noche porque no quiere compartirlas con nadie. Pero no saben que si no pueden verlas es porque las he ido robando todas, una a una, a escondidas, para llevártelas y pedirte que, si tú quieres, me las cambies por un beso.
Princesa mía, Agárrate a mi mano, jugaremos a apretarlas fuerte. Cierra los ojos, déjate llevar por mí sin preocuparte por nada; yo tampoco sé a dónde vamos, pero será perfecto y será como vivir siempre en primavera. No hagas caso a nadie más; créeme, el universo entero está equivocado. Todo va a salir bien.
Dice la gente que el verano se ha terminado, que el otoño ya está aquí, que hace frío, que ha llegado el momento de echar mano del paraguas y del abrigo. Pobrecillos, no comprenden que lo que pasa es que todo el calor contenido en el universo se ha concentrado en mi maltrecho corazoncito por culpa tuya. Y aquí lo guardo con la dulce esperanza de que así lo aceptes como justo merecedor de una de tus mágicas sonrisas.
Todos piensan que el cielo de Madrid es un tacaño que esconde sus estrellas, que se las come o simplemente que no las saca cada noche porque no quiere compartirlas con nadie. Pero no saben que si no pueden verlas es porque las he ido robando todas, una a una, a escondidas, para llevártelas y pedirte que, si tú quieres, me las cambies por un beso.
Princesa mía, Agárrate a mi mano, jugaremos a apretarlas fuerte. Cierra los ojos, déjate llevar por mí sin preocuparte por nada; yo tampoco sé a dónde vamos, pero será perfecto y será como vivir siempre en primavera. No hagas caso a nadie más; créeme, el universo entero está equivocado. Todo va a salir bien.
lunes, 13 de agosto de 2007
PESIMISMO ANALIZADO
La sabiduría popular se empeña repetidamente en criticar y desprestigiar a los conocidos como pesimistas. Esas personas que tienen entre sus hábitos constantes el resaltar las partes negativas de su entorno y su situación; observando con especial atención las complicaciones y riesgos de cualquier proyecto por encima de sus posibles éxitos . Se les ha tatuado en perpetuidad la definición de fracasados conformistas y nadie se atreve a cuestionar la credibilidad de esa afirmación. Pero creo que es inevitable desde mi posición ponerlo en tela de juicio; sobre todo si para mí contiene algo de interés el intentar lavar la imagen a ese perfil tan castigado por nuestra intransigente sociedad. Se da por hecho que las inquietudes de alguien pesimista consisten en quejarse de su posición a la vez que se niega a correr el riesgo de intentar mejorarla por miedo al fracaso. Sería una actitud muy hipócrita por mi parte insistir en que es falso ese perfil, pero no es menos cierto que el pesimismo también puede desembocar en una posición totalmente opuesta. Una persona que valora su status actual como mediocre y que enfoca todos sus esfuerzos e ideas en cambiarlo. Un individuo triste porque no quiere seguir como está. La diferencia fundamental entre ambos personajes reside en la utilización de su pesimismo. Uno ve la negatividad del proyecto, el otro la de la estabilidad. Uno es conformista, el otro todo lo contrario. Eso es lo que hace que se derrumbe esa acusación de cobarde a los pesimistas y además priva de la condición de indiscutiblemente admirables a los positivistas.
viernes, 20 de julio de 2007
AMAR LA IGNORANCIA
Ayer, mientras daba un paseo, no pude evitar fijarme en un pequeño cachorro que no paraba de oler, mordisquear y analizar todo lo que había a su alrededor. Hambriento por saber. Como si le doliera la necesidad de cubrir su desconocimiento con experiencias y datos. Y de alguna manera me sentí identificado con esa actitud. Es la reacción que la curiosidad desata, inherente a la naturaleza humana. Aunque haya quien opine que nos sobra información (Hay un dicho popular que afirma: "Ojos que no ven, corazón que no siente"); esa es la solución que muchos aplican a situaciones que o bien no están capacitados para mejorar o simplemente no les resultarían interesantes sus consecuencias. Situaciones impopulares, incómodas o como las quieran llamar. Echar la vista a un lado y hasta incluso enterrar datos para ayudar así a sembrar la ignorancia ajena. Una escapatoria efectiva y económica. Pero quizás es precisamente ese el sentido de seguir viviendo: Conocer, saber, experimentar; analizando, disfrutando o alcanzando el sufrimiento; tal vez para recordar más adelante con cariño cuando nuestras posibilidades físicas no nos permitan hacer otra cosa mejor. "O fortunatos nimium, sua si bona norint, agricolas," rezaba Virgilio. Es verdad que cuantas más cosas sepamos, más preocupaciones cosecharemos, pero ¿Qué otro aliciente tiene estar aquí?
miércoles, 4 de julio de 2007
Tendrá que suceder aquí
Madrid no es Buenos Aires y sus dolorosos tangos.
Madrid no es Viena bailando un vals abrazados.
Madrid es muy diferente a Río y su carnaval.
Pero Madrid tiene mi custodia, le pertenezco.
Aquí no hay auroras boreales,
Aquí no hay canales ni góndolas,
Aquí la gente casi nunca te saluda;
Pero aquí estás tú.
En Madrid no podremos subir a la terraza del Empire State a besarnos,
y no podremos pasear el Boulevard de París hasta que amanezca,
ni nos acariciarán las gotas de las olas al romper contra Tarifa.
Pero tendrá que suceder en Madrid.
Madrid no es Viena bailando un vals abrazados.
Madrid es muy diferente a Río y su carnaval.
Pero Madrid tiene mi custodia, le pertenezco.
Aquí no hay auroras boreales,
Aquí no hay canales ni góndolas,
Aquí la gente casi nunca te saluda;
Pero aquí estás tú.
En Madrid no podremos subir a la terraza del Empire State a besarnos,
y no podremos pasear el Boulevard de París hasta que amanezca,
ni nos acariciarán las gotas de las olas al romper contra Tarifa.
Pero tendrá que suceder en Madrid.
domingo, 1 de julio de 2007
SENSIBILIDAD
Con las actitudes y situaciones que uno va observando mientras consume su estancia aquí, es fácil llegar a una errónea conclusión que nos haga infravalorar el verdadero sentido de casi todo lo que nos rodea. A veces vemos gentes que, no satisfechas con abaratar aparentemente el precio de su propia vida, se dedican a poner en flagrante peligro las de aquellos que les rodean, o incluso a apostarlas para perderlas bajo seguro; no teniendo demasiado en cuenta lo apreciados que sean para esas personas. (No malinterpretar en absoluto la apreciación, ya que de ninguna manera es una excusa aceptable el carecer de vínculos afectivos para malograr la vida de cualquier persona; pero sí que sería un agravante despreciable a mi parecer). Nos estamos acostumbrando a los muertos. Suena cruel y deshumanizado, tanto como real. Vemos a gente morir y lo aceptamos de forma automática, saltándonos esa antigua costumbre de entristecernos si no es absolutamente necesario. Por el momento, a día de hoy, hemos evolucionado en testigos indolentes, no descartemos alcanzar la calidad de verdugos habituales en breve. Parece que la vida no es un don tan valioso en este universo en el que nos vemos envueltos. Lo interesante ahora no es si la vida es una gran oportunidad, yo creo que no permite dudar de que merece la pena ser vivida; lo que nos engaña es que a menudo estamos rodeados de personajes que nunca se hubieran ganado el derecho de gozarla. En resumen, debemos cesar de cuestionar lo afortunados que seamos o no y lo majestuoso del regalo para analizar más bien si somos dignos consignatarios de su disfrute.
martes, 29 de mayo de 2007
TIEMPO MUERTO
Es increíble cómo han ido cambiando las condiciones de vida generales para la personas. Obviamente no para todos, pero las capacidades que pueda tener alguien en el mundo a día de hoy hasta hace poco no era ni siquiera posible soñarlas. Aunque parezca un poco exagerado decirlo, casi hemos derribado las dimensiones espaciales. No del todo, porque, seamos realistas, hay un límite que me extrañaría que pudiera rebasarse. Pero poco a poco las distancias son abolidas con más facilidad y en progresión exponencial pierden relevancia. Ya no es tan importante qué alto, qué ancho y qué profundo; las ciencias han inventado complicados recursos que hacen que todo sea más posible, a veces hasta fácil. Todo el pánico que antes el espacio nos producía ahora no lo procesamos, no tiene lugar. Lo único que todavía nos merece un poco de respeto como magnitud científica es el tiempo. Seguimos siendo esclavos del tiempo, que continúa riéndose de nosotros a su antojo. De alguna manera es bueno que sea así, tengo miedo de que un día tengamos la posibilidad de manejar el tiempo; seríamos peligrosos. Nuestras limitaciones son constantemente nuestro mejor salvavidas, y que los segundos afilados no tengan un muro que los pare hasta hoy, es con toda seguridad la explicación más fiable de que esa cosa llamada "muerte" nos haga muchas veces pararnos a pensar las cosas que hacemos.
jueves, 24 de mayo de 2007
A = C ? (Solución)
... Sea como fuere, aún no he alcanzado un punto de paranoia tan espantoso como para llegar a negar aspectos que, al parecer, resultan tan evidentes. Y aunque, insistiendo en mi discurso, si la humanidad a día de hoy no puede presumir de haber coronado la cima de ni una sola de las ciencias en las que se ha involucrado, debo admitir que la matématica es la que me parece más fiable de todas. Obviamente si A = B ; y B = C ; lo único que puede hacer que no se cumpla A = C es que cualquiera de las anteriores afirmaciones no sea verídica. Si el círculo de fórmulas no se completa se debe al mayor mal de la ciencia hasta la actualidad: La falta de información o de observación. Una gota de agua es comparada con otra de similar aspecto y volumen en apariencia, por lo que son contadas como equivalentes. Después la segunda gota es comparada con una tercera, que al ser analizada junto a la primera ya muestra detalles que las diferencian: Nos habíamos equivocado. Ninguna de ellas era exactamente como la otra. Alguna parte que no apreciábamos las diferenciaba; primero una de otra y luego más aún de la siguiente. El número de agentes y circunstancias que pueden influenciar en un resultado es incalculable por ahora para nosotros. El diseño del universo en equilibrio constante hace que sea así. Todos con posibilidad de afectar en multitud de sucesos a la vez que sujetos a ser afectados por cualquier detalle de los que nos rodean.
martes, 22 de mayo de 2007
A = B; B = C
La historia de la humanidad está plagada de actuaciones aparentemente inexplicables e impensables para cualquier persona diferente del protagonista. A veces esos "locos" de comportamiento impredecible gracias a su especial personalidad eran favorecidos por la fortuna. El factor sorpresa se convirtió en un gran aliado y le puso un paso por delante del resto de sus contemporáneos. Pero no siempre sucedió así, y no son pocos los que más que disfrutar de su peculiaridad tuvieron que cargar con ella. Lo curioso en todo caso es que con éxito o sin él, suelen ser admirados. A veces no es del todo primordial la credibilidad del contenido de su mensaje. Lo que realmente parece tener valor es su novedoso punto de vista sin importar demasiado que este resulte cómico y ridículo si es que nadie con anterioridad se atrevió a hacer afirmaciones similares en esa línea. Compartimos vivencias en un escenario tan complicado que puede aceptar incontables interpretaciones distintas de incontables fenómenos distintos. Mucho más si nos damos cuenta de que las "verdades absolutas" escasean. Siempre se supone que "A" siendo igual a "B"; y "B" igual a "C", hace que "A" y "C" sean completamente idénticas. Hemos inventado la lógica con la que todo debería tener ya explicación, pero todavía no es así al cien por cien; siguen quedando muchas ecuaciones en las que "A" y "C" no son iguales. Asumimos la lógica pero algo dentro de nosotros aún desconfía de ella, tal vez por eso los "locos" son proclamados héroes oficiosos. Para no aceptar que sabemos el desenlace natural de muchos procesos cuyo final ya conocemos.
sábado, 7 de abril de 2007
RELATIVO
Hace poco tiempo oí hablar de Enrico Fermi, un físico italiano nacido a principios de siglo que entre sus ocupaciones comunes dedicaba su esfuerzo a razonar aspectos tratados no con demasiada profundidad anteriormente en su época. Algo que me llamó la atención en especial fue la conocida como "Paradoja Fermi" en la que haciendo referencia a la posible existencia de otras civilizaciones en el universo plantea la pregunta directa: "¿Dónde están?". ¿Es tan magno el universo en su longitud como para que no hayamos logrado encontrar esas civilizaciones o ni siquiera ellos nos hayan encontrado a nosotros? Puede que estén tan lejos que sea imposible físicamente contactar jamás. O puede que estén tan cerca que nunca nos encontremos. Algo que se me ocurre aunque tenga tintes de absurdo es la barrera de lo relativo. Que alguna fracción ínfima de un único átomo situado entre nosotros, donde menos imaginamos, quizás contenga entes cuyo formato no llegamos a preveer. Entes a lo mejor más avanzados tecnológicamente, o menos; con cultura propia, con valores éticos semejantes o diametralmente opuestos a los nuestros y que tampoco tienen constancia de que estamos aquí, tan aislados como nosotros mismos. También puede ser nuestra galaxia una gota contenida en lo que es un océano para otros seres. Podemos ser tan pequeños que nadie imagina que estamos aquí y situados en el peor lugar posible. Demasiado cerca. ¿A quién se le ocurre que en un pedacito de nuestras uñas existieran ciudades enteras? Es un concepto tan inesperado y ridículo que nunca nos pararemos a comprobarlo. ¿En qué cabeza cabe que nuestro universo estuviera contenido en un cabello de algún ser de tamaño titánico? Preguntaba Fermi: "¿Dónde están?", me pregunto yo: "¿Dónde estamos nosotros?".
lunes, 26 de marzo de 2007
Ahora que te has ido
Ahora que te has ido,
a la fuga, a traición,
déjame sincerarme del todo,
sin adornos, como a ti te gusta,
como sólo tú te mereces.
Una vez dijiste que me querías,
que no me dejarías por nada,
que nunca más me volvería a sentir solo.
Quise reprocharte lo que decías,
pero como de costumbre no fui capaz.
Por favor no vuelvas a decir "nunca",
por favor si tienes que decir "siempre"
que no sea a mí a quien lo digas.
Querida amiga, gracias por todo.
gracias por nada.
a la fuga, a traición,
déjame sincerarme del todo,
sin adornos, como a ti te gusta,
como sólo tú te mereces.
Una vez dijiste que me querías,
que no me dejarías por nada,
que nunca más me volvería a sentir solo.
Quise reprocharte lo que decías,
pero como de costumbre no fui capaz.
Por favor no vuelvas a decir "nunca",
por favor si tienes que decir "siempre"
que no sea a mí a quien lo digas.
Querida amiga, gracias por todo.
gracias por nada.
viernes, 9 de marzo de 2007
PERFECTO
No tengo ninguna base de datos que acredite mi afirmación. Pero probablemente existe una antigua ley universal que prohibe a todos los seres vivos, humanos o no, la posibilidad de soñar con la perfección completa. Y no por lo caro que pueda llegar a resultar algo tan atractivo. No porque sea muy díficil de encontrar, simplemente porque es imposible, así que no merece la pena malgastar esfuerzos y beber de la botella de la desilusión gratuítamente buscando algo que nunca hallaremos. Debemos ser conscientes de que para que exista algo bello en el mundo tiene que haber algo que contrarreste y que se encuentre directamente relacionado con esa belleza. Algo parecido a un Doctor Jekyll y Mister Hyde. Como si se pudiera aplicar la ley de "acción y reacción" en lo referente a la belleza. Pero nos hemos empeñado en encontrar algo sin parte negativa, sin preocuparnos en qué es lo que haya que modificar ni sus consecuencias. A veces le queremos poner patas a una serpiente, sin darnos cuenta de que entonces dejaría de ser una serpiente. Vamos cambiando las cosas que nos rodean, muchas veces sin querer, y perdemos tantas y tantas cosas... Pero las cosas son como son y a menudo cometemos crímenes terribles al olvidarlo. Podemos intentar mejorarnos a nosotros mismos y nuestras circunstancias, es algo que me parece extraordinariamente lícito, pero no lo sería afectando negativamente a inocentes que nunca nos declararon la guerra. Evolucionar es algo necesario, pero con coherencia, no creo que haya necesidad de hundir a nadie para hacerlo ni mucho menos perder nuestra propia identidad, porque un culo que huele a perfume es un culo que no funciona correctamente.
lunes, 5 de marzo de 2007
Amanecer muerto en un banco del parque
Es muy fácil llegar a cansarse de que a uno le hagan daño, es entonces cuando encontrar una solución segura se convierte en una obligación con uno mismo. Y la buscó, dispuesto a pagar el más alto precio, merecería la pena, no le cabía duda alguna. Se despertó en medio de una encrucijada, podía abrazarse a Madrid y respirar su aroma austero en oxígeno cada día, pero sabía que a cambio tendría que renunciar a todas las estrellas. Probablemente ni ellas, ni Madrid lamentarían en demasía su ausencia (En el raro caso de que se percataran de ella) cuando llegara el momento de partir. Pero la posibilidad de ser anónimo durante el tiempo que deseara era una oferta ilusionante. De la misma manera no obstante, sin que él lo supiera, que le haría probar el beso de Judas, cuando su dulzura metamorfoseara en crueldad, cuando su soledad dejara de ser su gran amiga para confesarse su implacable verdugo. Como una mantis que tras mostrarse generosa en amor deja ver su otra cara, quizás sea acertado decir su verdadera cara, en ese momento ataca sin piedad, como desde un principio tenía planeado. La soledad, tan necesaria y enfermera personal tantas veces, de repente deja de ser imprescindible. Pero es entonces cuando se descubre irreversible y como los pobres enganchados que duermen en el vertedero, uno se encuentra encarcelado, atrapado, comprendiéndose timado por algo o alguien. No le habían advertido cuál es el verdadero precio de ser nadie. El sólo pretendía ser feliz, minimizar riesgos, no molestar nunca a nadie... No le gustaban los problemas. Quería hacer todo más fácil: Vivir solo en un océano de gente, parecía que así tendría todo lo que necesitara. Pero vivir solo, no es vivir. Falta algo que comprendes al perder la oportunidad de alcanzarlo. Y todo es demasiado triste y demasiado grande para una persona. Nadie ignora que no puede haber un día que no tenga nuevos muertos, pero él nunca sabía en que día vivía...
jueves, 8 de febrero de 2007
¿CUÁNTO VALGO?
Cabe la completamente lógica posibilidad de que nuestra presencia en este lienzo universal sea sólo mediante nuestra identidad. Algo muy difícil de valorar o de medir, en tal modo que, si alguien se tomara la molestia de intentarlo, de seguro debería echar mano de herramientas mucho más rebuscadas e incomprensibles, para la mayoría de nosotros, que las herramientas utilizadas para medir condiciones físicas propias o patrimonios personales. Tal vez no permanecemos por el mundo viajando o estacionando con las clásicas fijaciones animales de crecer, alimentarnos, multiplicarnos y alargar al máximo nuestra permanencia. Puede ser que nuestro gran objetivo real consista en cargar con la identidad de la que nos vemos hoy vestidos; no sé si por imperativo divino o por construcción propia, como en el Bricomanía. Y una vez que hemos conseguido comprenderla y manejarla, de la manera más creativa posible, trabajar en favor de su buena prensa hacia el resto de parroquianos, aquellos con los que nos podamos llegar a cruzar o aquellos hasta en cuyos oídos pueda desembocar cualquier conocimiento de nuestra pasada existencia. Estamos aquí para defender nuestra identidad, demostrar al mundo que era de alguna manera admirable, si lo era; y si no lo era hacerles creer que sí.
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