martes, 22 de mayo de 2007

A = B; B = C

La historia de la humanidad está plagada de actuaciones aparentemente inexplicables e impensables para cualquier persona diferente del protagonista. A veces esos "locos" de comportamiento impredecible gracias a su especial personalidad eran favorecidos por la fortuna. El factor sorpresa se convirtió en un gran aliado y le puso un paso por delante del resto de sus contemporáneos. Pero no siempre sucedió así, y no son pocos los que más que disfrutar de su peculiaridad tuvieron que cargar con ella. Lo curioso en todo caso es que con éxito o sin él, suelen ser admirados. A veces no es del todo primordial la credibilidad del contenido de su mensaje. Lo que realmente parece tener valor es su novedoso punto de vista sin importar demasiado que este resulte cómico y ridículo si es que nadie con anterioridad se atrevió a hacer afirmaciones similares en esa línea. Compartimos vivencias en un escenario tan complicado que puede aceptar incontables interpretaciones distintas de incontables fenómenos distintos. Mucho más si nos damos cuenta de que las "verdades absolutas" escasean. Siempre se supone que "A" siendo igual a "B"; y "B" igual a "C", hace que "A" y "C" sean completamente idénticas. Hemos inventado la lógica con la que todo debería tener ya explicación, pero todavía no es así al cien por cien; siguen quedando muchas ecuaciones en las que "A" y "C" no son iguales. Asumimos la lógica pero algo dentro de nosotros aún desconfía de ella, tal vez por eso los "locos" son proclamados héroes oficiosos. Para no aceptar que sabemos el desenlace natural de muchos procesos cuyo final ya conocemos.

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