martes, 28 de octubre de 2003

LAS POBRES ESTRELLAS

Las estrellas siempre están ahí, no importa si las necesitas o si estorban, no se van, permanecen cerca pase lo que pase. Sin embargo el sol sólo se pasa por allí la mitad del tiempo posible. Es mucho más majestuoso y cuando aparece no se ve nada más, pero las estrellas siguen ahí. Lo he visto esta mañana después de haber estado toda la noche sin poder dormir, toda la noche mirando las estrellas y pensando que nunca me abandonan, que estarán alerta eternamente. Luego, amaneció y un gigantesco sol me imposibilitó para seguir observándolas, para continuar valorando su trabajo. Las personas somos así, tal vez has entregado todos tus esfuerzos a alguien en apuros, pero más tarde llegará el sol y todo lo que has hecho será olvidado porque no tienes el glamour o el carisma de ese que llega que sin ofrecer nada más que imagen, se come tu jornal. No es rabia por haber trabajado gratis, en realidad esa era la idea, pero el sol no merece la gloria que le dedicamos, trabaja la mitad que las estrellas, sin embargo, un determinado angulo de visión nos hace valorarle en exceso, incluso más que a las estrellas.