lunes, 3 de noviembre de 2003
ADICTIVA
Levantarnos cada mañana es producto de una adicción. Nadie quiere nunca aceptarlo como una realidad absoluta, sin embargo no resulta como una afirmación demasiado cruel. La mayoría de los integrantes de la nómina de personas en el universo, no han venido obligados, ni se quedaron vícitmas de algún chantaje. Uno comienza a vivir un día, seguramente sin demasiado afán, pero poco a poco, se va asentando y cerrando inconscientemente el camino de retorno. Entre quejas y malas caras va haciendo tiempo y embarrandose en la vida, en realidad no está demasiado incómodo. Todos somos capaces de verle a nuestra situación algún pro, algún sueño, tal vez remotamente, viable. Cuando todo va mal y es imposible hacerse hueco en este universo tal vez la curiosidad puede ser un acicate a la subsistencia. "Todo va mal, pero ....¿Qué pasará mañana? ¿Sobrevendrá el milagro?" Una persona puede tomarle cariño a la más inhóspita circunstancia si esto le permite abazarse a la vida, una vida mediocre, pero sensible a una intervención divina. Es adictiva, peligrosamente adictiva, beneficiosamente adictiva.