jueves, 6 de noviembre de 2003
SECRETOS
Si estás a punto de estallar porque dentro de ti mismo hay un millón de sentimientos a expresar probablemente tendrás consciencia de qué quiero contarte ahora. A nadie le resulta sencillo desnudarse en público, ni siquiera ante la persona que más confianza pueda inspirarnos. Todos tenemos una parte cien por cien secreta, reservada únicamente a nosotros mismos. Esa misma parte es la que en nuestro interior más nos requema y con más ansia deseamos desvelar a los que queremos. Tal vez con el paso de los años alguno de esos secretos se vaya diluyendo en lo cotidiano perdiendo importancia desgastados por el día a día. Pero seguirá quedando una mínima sección resguardada, intocable, destinada al obstracismo en nuestro lado obscuro. Son los detalles que más ansían salir a pasear al aire fresco, son los que nunca verán la luz. Contar las cosas a nadie nos puede llegar a ahorrar algún mal episodio, pero sus cualidades terapeúticas son obviamente exiguas.