El día está nublado, preñado de tristeza,
el frío seco reina allá a dónde mires.
las calles, vacías, derrochan melancolía,
Madrid se parece demasiado a mi corazón.
Al segundo de marcharse ya sufrí los síntomas,
y hasta el día que me muera los tendré conmigo,
mi ciudad, como yo, la llora y la añora,
porque sabemos que no volverá enseguida.
No sé si te estoy esperando o ya he abandonado,
porque dicen que aunque vuelvas no será por causa mía.
pero mientras aprendo a vivir sin ti, que sepas
que Madrid es demasiado grande si tú no estás conmigo.
martes, 25 de abril de 2006
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