miércoles, 6 de octubre de 2004

EL HOMBRE MÁS FUERTE DEL MUNDO

Clint Eastwood no me convenció de verdad de que era un tipo duro hasta que vi "Los puentes de Madison" y no tras representar numerosas veces a policías y pistoleros sin escrúpulos. Hace unos días como contenido de un programa de televisión, que cuyo nombre ahora no acierto a recordar, pude ser testigo de una llamativa competición denominada "El hombre más fuerte del mundo". Nada más alejado de mi imagen de hombre fuerte. Desde la primera hasta la última de las pruebas me decepcionaron muy hondamente: Todas y cada una de ellas resultaron meros exámenes físicos tratando de medir la capacidad muscular de cada participante. Como si eso pudiera llegar a despertar algún tipo de interés a parte del morbo y la burda curiosidad animal. Levantar pesos, arrastrar cargas, mediciones de potencia física, no obstante ni una sola intención de calibrar el coraje o la capacidad de soportar verdaderos contratiempos. Algo así como si pretendieran declarar que Golliat superaría en fuerza a Gandhi... ¿En qué cabeza cabe tal idea? Yo no me he sentido más fuerte tras haber conseguido hacer el mayor número de flexiones que después de haber afrontado la muerte logrando esquivarla al menos por el momento. No sé yo la prioridad que puede tener el lanzar más lejos una piedra por encima de ser capaz de lidiar con el dolor o una díficil esperanza de futuro. Quizás un día me líe la manta a la cabeza y rete públicamente a ese "hombre más fuerte del mundo" con mis propias pruebas y... tal vez le derrote.

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