No es demasiado díficil comprender a veces el antiguo concepto asiático del equilibrio entre el bien y el mal.
Sólamente es necesario el haber sido el protagonista de la experiencia adecuada y no ser víctima en ese instante de alguna distracción maléfica que actúe de impedimento a la hora de reconocer la situación. Para que el bien pueda actuar es condición forzosa que algo trabaje en dirección opuesta contrarrestando el efecto de alguna manera. Algo que me ha hecho comprenderlo a lo largo de mi vida es la manera en la que para que algunos sean felices otros tengan que sufrir tristeza y abandono. Sin una cosa sería completamente utópico lo otro. Sin que unos mueran de hambre no puede ser que otros naden en la abundancia, cruel pero cierto. Si alguien encuentra a la pareja que ama, es porque algún otro u otra está llorando escondido en su habitación. Para que el fuego arda tiene que morir la madera, el mismo fuego que luego será apagado por el agua... no deja de ser un ciclo constante, que se entretiene en acabar con unos y otros de manera aleatoria y caprichosa.
domingo, 8 de agosto de 2004
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4 comentarios:
me encanta.
hmmm, no estoy de acuerdo de ninguna manera con este post, lo aceptaria si hablases de extremos, riqueza abundante,pobreza absoluta,etc... pero cabe una riqueza suficiente y equitativa, podemos hablar en terminos locales y ser un simple intercambio tu me das yo te doy, en plan sociedad de trueque
y utilizar el argumento amoroso no lo encuentro legal, demasiadas condiciones externas e internas influyendo
Todo está relacionado friend, cuando alguien sube a coger la medalla de oro todos los demás q están mirándole han sido derrotados por él. El mundo funciona en cadena nunca hay empates.
No si recurrimos al concepto de humildad de CS Lewis "estado de animo en el que podria dise;ar la mejor catedral del mundo, y saber que es la mejor y alegrarse de ello, sin estar mas (o menos) o de otra manera contento de haberlo hecho el, que si lo hubiese hecho otro"
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