martes, 17 de enero de 2006

LA SONRISA DE KARENIN

Me gustaría poder estar más seguro en referencia al verdadero significado de mostrar excesivo aprecio por una mascota. Es algo muy impactante para mí el encontrarme con aquellas personas ariscas y extremadamente reservadas que, sin embargo, viven unidas de manera inseparable a un perrito, su mejor amigo. Se puede interpretar como una vida que ha saboreado la interrelación entre personas como algo falso y doloroso, estoy seguro de que todos en algún momento hemos llegado a pensar que es así. Que tal vez confiar en un perro es algo mucho más gratificante que hacerlo en alguna persona. Pero si uno quiere valorar la culpabilidad de la humanidad en una reacción personal, también tiene que pensar en a qué nivel está afectando esa supuesta víctima en su propio problema. Porque quizás no se trate de una sociedad que castiga a las personas, sino de algunas personas que no son capaces de intregrarse en la sociedad ideal, lo que desemboca en que ese ideal se vea afectado y deteriorado. Puede ser que alguien se aferre a su mascota porque no está al nivel mínimo de sociabilidad necesario para intregarse en su alrededor. Que haya secuestrado un ser vivo, supuestamente inferior, para obligarle a recibir e impartir la atención que entre personas no puede intercambiar su amo. No descarto que ambas teorías sean ciertas y esa actuación sea a consecuencia de sucesos muy diferentes entre cada individuo. Incluso se dará el caso en que el detonante del amor por una mascota sea una personalidad que contiene tanto amor, que necesite un destino extra para éste si no quiere desaprovecharlo. Lo curioso es que a veces despierta más ternura y compasión algun animalillo en peligro que hombres moribundos. Desconozco si se trata de falta de intregración social del afectado o si es a raíz de un ser humano desmerecedor de esa compasión.

5 comentarios:

elbrian dijo...

paco, me mola q hables de esto ya q tengo un familiar q cumple perfectamente con esta descripcion.

Te acuerdas de mi tia? pues es una de esas personas. En realidad es muy triste ver como interaccionan con animales, pero son incapaces de mantener una amistad. No entiendo porq es asi, si es por un problema de comunicacion, de como se valora a si mismo, de todo los palos q se haya podido llevar de las personas, y ya se haya rendido y no quiera esforzarse mas. Y saben q una mascota no puede hacerle danho emocionalmente y en ellos encuentran la mayor parte de las gratificaciones q hayan en un colega. Solo te puedo decir q es muy triste la gente q esta en esta situacion.

Judy dijo...

pues si... es verdad... Da un poco de pena.. y un animalito da mas pena que una persona quizas porque son mas inferiores... ellos no pueden hacer nada a la sitiuacion que estan y ademas la humanidad es culpable de ello... Pero cuando vemos a algun moribundo nos ponemos enseguida a criticar que ya se podria levantar y salir de la situacion porque como persona tiene la capacidad...

Kenny dijo...

A veces a la gente le gusta los perros...

En tono algo serio, me gusta más la interpretación del complejo Kundera: los animales son como son y no esperamos que sean de otra forma. En una relación con comunicación humana, siempre vamos moldeándonos e intentando moldear al que amamos, eso provoca malos entendidos y tensiones por querer que sea de cierta forma. Cuando un perro mete la pata, es porque es perro, es su naturaleza...
Creo que hay mucha gente muy apegada a mascotas y que no está en la situación tan drástica que describe Paco (es decir, hay más de dos motivaciones para amar a un perro, sea lo que sea amar). Yo amaba a mi perro...hasta que me ofrecieron $40 por él.

Grom dijo...

Veo que ya te has enfrentado a la sonrisa de Karenin de Kundera. Creo que será dificil que me encuentre con un texto que me impacte mas que ese. Hasta el cáncer de un perro se puede convertir en algo filosófico...

Anónimo dijo...

Hola, pasaba por aqui y vi tu comentario sobre La Sonrisa de Karenin, lectura que a mi también me impactó al punto que nombré a mi perro Karenin. Me parece válido todo el cuestionamiento en torno al amor a las mascotas o a la humanidad. En circunstancias normales, una persona amorosa y respetuosa de su entorno es capaz de pensar en la condición de inferioridad de otros seres vivos y por tanto tratar de no aprovecharse de eso si no mas bien de protegerlos o al menos tratar de establecer una relación de amistad y respeto. Entendiendo y aceptando que esos seres son lo que son, sin mayores pretensiones. Es más, dandose la oportunidad de aprender de ellos lo que nos sea posible aprender. Por ejemplo a comunicarte sin palabras, a escuchar sus necesidades sin que te lo digan, a percibir sus estados de ánimo y a comunicarte con ellos en ese lenguaje unico que se establece cuando existen vinculos afectivos reales.
Hay personas que prefieren criar una mascota porque están acostumbrados a la soledad, no necesariamente porque sean inadaptados sociales si no porque su personalidad generalmente llena de vida interior requiere de silencio. Un silencio dificil de tolerar para muchos humanos.

No es posible que una persona que trata bien a los animales no se mueva a compasión por la humanidad. No obstante claro que pueden haber sus excepciones y en este caso es estupendo que cuestionemos estas actitudes contradictorias.