jueves, 29 de enero de 2004
HISTORIA UNIVERSAL
...Y ahora es cuando me pregunto: ¿Qué pasa con todo el sufrimiento que resultó en vano? Si te paras a recordar, por ejemplo, a aquellos que entregaron su vida defendiendo lo que sus corazones les decía que era merecedor del sacrificio, siempre uno termina rindiendo admiración y en cierto modo un poco de agradecimiento. Entregaron todo lo que tenían en defensa de su fe y eso les reportó un espacio eterno y especial entre los hombres. Pero la cuestión no es esa. ¿Qué ha pasado con los que lucharon con su vida y perdieron la batalla? Nadie se acuerda de aquel que trabajó con tanta entrega e ilusión como los vencedores, pero víctima de tal vez la casualidad, de contratiempos absurdos o incluso de sucias tretas, sucumbieron en el intercambio de golpes. Probablemente muchos de los ídolos de la moderna humanidad deben su gloria a trampas y engaños. Estoy seguro de que los cementerios están llenos de valientes anónimos mucho más dignos de nuestro respeto. Hoy me apetece rendirles homenaje a ellos, no me extrañaría que al cabo de los años termine yo engrosando su lista.
sábado, 17 de enero de 2004
VANOS RECUERDOS
Una vez cometí el tremendo error de subestimar el poder de los recuerdos, y sin saber si estos cuentan con los medios necesarios para herirme, muchas veces pienso que los más pesados y tristes se conjuran demasiadas tardes para vengarse del pobre imprudente que los ignoró cubierto de soberbia. Cada recuerdo, como una piedra en el zapato imposible de quitar, hace su hueco y se vuelve inamovible, con mayor peso cuanto menos agradables son, expectantes al instante de flaqueza, armados peligrosa y mortalmente, sin piedad alguna en el momento clave. Siempre nos quedará la oportunidad de contrarrestarlos con las fotografías y las cartas, la única manera de plasmar un minuto inovidablemente grato. Los recuerdos dulces se conservan muy amenudo en papel, los amargos son autosuficientes y se adaptan a cualquier medio para sobrevivir. A veces me pregunto si prefiero que la gente guarde de mí la imagen de alguien que les ayudó y fue amable, sé que pensarán en mí más veces si me porto de manera cruel y despiadada. No sé por qué la gente que quiero, con la que me esfuerzo en ser bueno, me entierran con tanta facilidad...
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