lunes, 8 de septiembre de 2003

SIEMPRE

Para siempre... Ya me río cuando oigo esas palabras. He oido demasiadas veces esa expresión, no niego que me gustaría oirla una vez más. Pero, si tan sólo una de esas veces que alguien me prometió "para siempre" hubiera sido real, con una sola vez, mi postura no sería esta. Si te has lanzado por la ventana diez veces y las diez veces caiste al suelo, ¿Cómo puedes conseguir volver a lanzarte soñando que puedes volar? La capacidad humana para soñar y mantener viva la esperanza es infinitamente menor que la dureza de la realidad en algunas ocasiones. El hombre, tal y como es, está condenado a confiar en que todo va a ir mejor, en pensar que lloverá en el desierto, que brotará una rama nueva del arbol cortado, que los que han jurado olvidar que existimos volverán. Yo mismo, poco después de escribir esto soñaré que todo cambiará, que no está todo perdido, no puedo evitarlo. Aunque se suele afirmar que soñar no es malo, yo sé que es mejor estar despierto, amortiguamos así el golpe final. Pero... ¿Quien se resigna a enfrentarse al mundo real?