sábado, 30 de agosto de 2003
PRÓLOGO
Nada más fácil en el mundo que comenzar un proyecto. Pero... ¡Qué pocos proyectos se llevan a cabo! Sólo necesito tiempo para poder demostrarme que soy capaz, o en su defecto, para llegar a definitivamente desengañarme y ver dónde está mi límite creativo a la vez que el final de mi aparente constancia.