No puedo comprender como a los pequeños hombrecitos tan risueños podía producirles esas incontenibles ganas de reír, sobre todo al valorar el que a mí me costara tanto trabajo contener las lágrimas cuando cruzaba su mirada con la mía. A ellos les parecía algo muy divertido su pelo alborotado de colores, sus grandes zapatones, aquel pantalón deformado y descolorido tan ancho, su extraña camisa, sus raídos tirantes y aquella manera tan peculiar de permanecer maquillado. Sí, podría ser gracioso, pero siempre que uno no se parara a pensar en que le acontecería al ocultarse el sol y abandonar el parque. ¿Le sería posible comer de una manera más o menos digna ese día? ¿Tendría un techo seco bajo el que poder cerrar los ojos tranquilo aquella misma noche? ¿Y cuándo fue la última vez que alguien le besó o le abrazó desbordando amor y cariño en el gesto? O peor aún, ¿Cuándo sería la próxima vez?
Yo ya llevaba más de quince minutos abstraído en su persona, casi me había olvidado de que sólo estaba allí de paso. Se acercó hasta situarse frente a mí y con un dulce y simpático movimiento me presentó su sombrero; mi reacción refleja fue llevarme la mano al bolsillo para depositar una moneda en él, pero no encontré ninguna.
-"Lo siento, no llevo nada" Quise excusarme. Él mantuvo su mirada en mis ojos un par de segundos como si esperara encontrar algo, pero pronto tuvo que desistir porque comprendió que si no abandonaba terminaría haciéndome llorar...
lunes, 11 de diciembre de 2006
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2 comentarios:
Lo que no comprendes, es lo que de la triste historia, da dicha al corazón.
...valorara igualmente o aun mas en aquel momento un abrazo sobre una moneda?
Donde esta tu corazon esta tu tesoro no?
http://youtube.com/watch?v=vL7Jo_1Z3Y8
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