lunes, 6 de marzo de 2006

INSERT COIN

Las personas suelen iniciar sus partidas con una ilusión tremendamente mayor en comparación a la que presentan cada mañana al despertarse y afrontar un nuevo día repleto de encuentros. En cierta manera se puede intrepretar no como una falta de ilusión, sino como un exceso de miedo al desenlace inexperado o no deseado. Ya que es del todo desaceptable el enfocarlo desde la perspectiva del volumen de ilusión y observar que no es comparable el relativo beneficio enfrentando una vida exitosa a la mejor de las partidas en las que alguien puede ser agraciado. En una partida es muy limitado el número y la clase de cosas que se pueden lograr y si también es cierto que en una partida hay aspectos concretos en los que uno jamás puede temerse perdedor, con los mejores premios a los que se puedan reunir siempre se permanecerá carente en aspectos imprescindibles para sobrevivir. Aspectos que es precisamente en la vida dónde deberá buscarlos. No me creo en situación de negar a nadie el derecho a tener miedo a vivir, pero sí que les doto de la obligación de aprender a compensar este con la ilusión recibida al nacer. Porque jugar a cualquier cosa es un poco vivir de mentira, vivir sin el riesgo de sufrir duramente pero sin la posibilidad de ganar las cosas importantes.

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