domingo, 1 de mayo de 2005

UNA PEQUEÑA PARANAOIA PERSONAL

Alguien, que se creyó a sí mismo un gran inventor, decidió comenzar a fabricar un día caramelos con forma de corazón. Y si a raíz de ello hizo un gran negocio no sé si de alguna manera su tremendo éxito alcanzará a compensar todo lo que haya hecho sufrir por su falta de previsión al resto de la humanidad. Porque a cambio de poder disfrutar de unas graciosas gominolas, ha aportado a nuestra sociedad en cada subconsciente la idea de que no hay necesidad de respetar los corazones ajenos. Si se tercia la ocasión de devorar un corazón que se pone a nuestro alcance, sin piedad, como un acto reflejo a la vez que justificado, hay que ejecutar. El hecho de que desde niños nos hayamos atiborrado de caramelos, piruletas, gominolas todos con forma de corazón hizo que persona a persona al transcurrir el tiempo encontremos que nuestros corazones están llenos de mordiscos románticos que a la vez suponen dolores crónicos mientras que nuestros bolsillos están plagados de trozitos de corazones de otros que si tienen alguna utilidad dudo que algún día alcancemos a imaginarla. ...Y todo por culpa de esos caramelos con forma de corazón.

4 comentarios:

Adriana dijo...

¿Asi que no te gusta escribir?

Kenny dijo...

"A superb exploration of a well thought-out metaphore"

danifres dijo...

k canteo lok t aburres lesionado

Grom dijo...

aaaaaaay si pablo neruda levantara la cabeza....