miércoles, 16 de marzo de 2005
PAPEL SIN GUIÓN
“Quiero ser famoso”, me dijo alguien hace poco. “Paco, ¿Qué tendría que hacer creer a la gente para ser famoso?”. Me suena digno de preocupación severa, terrible . ¿A quién no le ha podido alguna vez la tentación de llamar la atención del resto de la humanidad? Pero ¿A quién le ha merecido la pena tal intento? He visto, creo, todas las versiones existentes. El que a base de escandalizar a sus semejantes pretende la fama, el que se hace pasar por poseedor de cualidades inalcanzables, el que aparenta necesitar de la caridad del resto de la humanidad... Pobres, suelen recolectar el resultado contrario al propuesto. La ocupación que se trata de modificarse a sí mismo para ganar notoriedad ante la sociedad es tan ridícula que el ser humano por naturaleza no puede evitar sentirse atraído por ella. Les ves que se sumergen en esa engorrosa actividad hasta que han sobrepasado el punto de no-retorno, y te preguntas qué tipo de vida es el que deberían por lógica desarrollar ahora. Tal vez ya no sea posible llevar las rutinas pertinentes de cara a aquellos que han creído engañar y su tipo de vida de siempre frente a los que conocen sus verdaderos intríngulis. Y terminas viéndoles, ahí, corpore in sepultum, víctimas de su pretencioso pero estúpido plan. Queriendo inventar una manera de cambiar los detalles propios que la vida les asignó, han desembocado en un escenario constante que no creo que se pueda disfrutar por parte del actor. Porque cuando alguien desempeña un papel que en realidad no le pertenece, es natural que en su interpretación haya situaciones en las que tenga que vivir donde se prometió no estar jamás, tomar lo que aborrece, o incluso matar a quien ama.
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2 comentarios:
Sabio...
sabio? experimentado más bien
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