sábado, 17 de julio de 2004

SIMPLEMENTE PRECEPTOS

Las acciones que lleves a cabo y tu manera de actuar, nunca serán apreciadas por tu cuidado y planificación a la hora de ejecutarlas. Sólo tendrán el valor que la casualidad o la implacable ley de la reacción en cadena, le regalen en su aletatoria misericordia. Algo que nunca nada ni nadie va a ser capaz de adelantar de una manera más o menos fiable. Son demasiados pormenores, a simple vista impercibibles, los partícipes en el desenlace final de la historia. ...Y el resultado se ha convertido en la única razón de ser para valorar cualquier cosa, sin pararnos a pensar en demasía en el proceso o condiciones específicas partículares. De esta manera, diferentes personas que actuaron de manera idéntica serán recordados algunos como grandes exponentes del coraje y la valentía... o como alocados faltos de paciencia; en el extremo opuesto, pusilánimes acobardados pueden llegar a ser para la eternidad los maestros de la estrategia con mayor admirable capacidad para soportar adversidades impasibles... No soy capaz de poder aceptar la manera en que un cúmulo de detalles pueden llegar a relegar a alguien o algo a la más cruenta vergüenza histórica.

lunes, 12 de julio de 2004

LA BELLEZA DE LA AGONÍA

Estás viendo las noticias y a veces no puedes evitar que tu espíritu se remueva dentro de ti mismo al ver las desgracias repartidas por el mundo de manera aleatoria. Algunos tienen que lidiar con pérdidas difíciles de valorar, con limitaciones que probablemente nunca pudieron llegar a merecer. En el interior de todos nosotros está el oscuro deseo de sufrir la injusticia, tal vez para luego sobreponerse a ella impactando a nuestros semejantes con una exhibición de coraje y fortaleza. Miramos con misericordia a aquellos que se ven atrapados en los problemas que nunca se ganaron, pero también con una oculta dósis de admiración desde nuestro subconsciente. Justo hasta el momento en el que ese extraño protagonismo acude a nosotros. Entonces es cuando realmente la ansiada prueba pierde su posible atractivo, cuando estamos inmersos en ella; de la misma manera que resulta repulsiva también la sensación de ser el blanco general de solidaridad gratuita. Yo, personalmente, a este suceso lo califico como el más claro exponente humano de "culo veo, culo quiero".

jueves, 8 de julio de 2004

COMBATE CUERPO A CUERPO

Hay ocasiones en las que perder, es ganar. No es nada fácil explicar el cómo o por qué de este absurdo. Las batallas más duras y las más complicadas son las que nos enfrentan con aquellos que jamás podríamos catalogar como enemigos, con aquellos por los que daríamos todo. En esos casos uno lucha con todas sus ganas, pero tambien con la tonta esperanza de ser derrotado. Entonces el dolor, que en ningún momento deja de ser cruel, contiene ocultas partículas de dulzor solamente apreciables por la víctima. Por eso, un final lento, pero sanguinario, es el que ambos bandos, sin anunciarlo, inconscientemente, han acordado de antemano. Si alguno de los dos levantara una bandera blanca, podrá ser definido como traidor porque negó a su adversario la dosis de sufrimiento de la que se habia hecho acreedor. En esas guerras perder es más honroso que ganar; morir en la refriega, el más noble título al que se puede aspirar.